Podemos hacer juicios: libres interpretaciones desde nuestra mirada.

Podemos, en ocasiones, estar un tanto cerca de “acertar” con lo que el otro está viviendo.

 

Podemos, en otras, “errar” absolutamente en la interpretación. 

Pero de algo estoy segura: NO TENEMOS NI IDEA DE LO QUE LA OTRA PERSONA ESTÁ VIVIENDO.

 

A veces será porque el otro guarda intencionalmente información que no siente deseo de compartir.

 

Otras veces será porque deja vacíos de información que llenamos de manera inconsciente con datos falsos. 

 

Habrá momentos en que nuestras experiencias tiñan tanto la situación que desestimemos o pasemos por alto algunos datos.

 

Las razones que abonen ese “no saber” pueden ser muchísimas.

 

Las posibilidades de saber al 100% lo que el otro está viviendo son nulas.

 

Por eso creo que tomar consciencia de esto, puede evitarnos malentendidos, puede invitarnos más a la empatía y, con seguridad, puede llevarnos a un terreno más tranquilo al dejar de juzgar al otro cuando no tenemos ni idea de cuál es la conquista interior que está llevando a cabo.

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